Eran pasadas las nueve de la mañana cuando llegamos a la ciudad de Puerto Escondido, Oaxaca después de un largo viaje en autobús desde Tuxtla Gutiérrez que duró un poco más de 10 horas. Un día antes habíamos planeado disfrutar, por lo menos unas horas de las hermosas playas de Puerto Escondido, sin embargo, nos agotó el viaje y solo decidimos desayunar ahí y continuar con nuestro trayecto hasta nuestro destino final.
De Puerto Escondido, abordamos una camioneta rumbo a la ciudad de Pinotepa Nacional, el trayecto de ese viaje por carretera fue de unas 3 horas aproximadamente. En Pinotepa nos esperaba Isabel, una amiga de mi madre que nos daría hospedaje en su casa, nos subimos a su automóvil y después de una hora de trayecto llegamos a San Pedro Atoyac.
Cuando tenía como 8 años de edad vine por primera vez a este pueblo y después de más de 30 años de esa primera visita vuelvo de nuevo a donde "sembraron mi ombligo" donde nací. En muchas comunidades indígenas de México aún se mantiene esa tradición de sembrar el ombligo (que sería más bien parte del cordón umbilical) de una niña o niño recién nacido, trabajo que lo realizan las parteras de las comunidades y según la tradición, es para mantener el arraigo y el interés por la comunidad.
Luego de un viaje muy agotador llegamos a nuestra morada, lo único que hicimos en lo que restaba de ese día fue descansar.
Antes de descansar Isabel nos preparó una rica comida y de entrada o botana nos ofrecieron estos ricos Chapulines!!! bienvenidos a O A X A C A!!!
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